Casi una de cada tres viviendas en España estará compuesta por una sola persona en el año 2035, según revela el estudio “Proyección de Hogares 2020-2035”, realizado por el Instituto Nacional de Estadística sobre la vivienda unipersonal.
Concretamente, se prevé que se sobrepasen los 5,7 millones de hogares unipersonales, lo que equivaldría a un incremento del 18,3% respecto a principios del 2020.
En la actualidad, esta tendencia supone uno de los mayores retos para el sector inmobiliario español, que debe ser capaz de garantizar un equilibrio entre la demanda y la oferta de este tipo de hogares. Así lo han indicado expertos del sector a través de varias entrevistas realizadas por el portal inmobiliario Idealista.
Perfil y procedencia de los demandantes de vivienda unipersonal
El colectivo de personas que más se decanta por este tipo de hogares está formado, en su mayoría, por jóvenes, solteros, divorciados y viudos; y es el que más crece por delante de aquellos que optan por una vivienda compartida entre dos personas, según el INE.
En cuanto a los territorios españoles en los que se espera mayor presencia, el Principado de Asturias se situaría en cabeza, con un 36,0% del total en el año 2035, seguido de Castilla y León con un 34,6% y Cantabria con un 33,0%.
Mientras que la Región de Murcia sería la comunidad con menor porcentaje de viviendas unipersonales (24,0%), seguida de Illes Balears (24,8%) y Canarias (25,4%).
Implantación tardía y limitada
Ante el incipiente aumento de la demanda de la vivienda unipersonal, Toni Expósito, consejero de la Asociación de Empresas Franquiciadoras Inmobiliarias de España (Aefie), considera fundamental valorar la realidad del colectivo anteriormente mencionado, el cual “responde a la configuración y tendencias de una sociedad en la que encontrar pareja y tener hijos ya no es la única aspiración vital”.
Asprima
Daniel Cuervo, director general de Asprima (Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid), remarca la importancia de “adaptar soluciones habitacionales para viviendas de una sola persona”, ya que las considera escasas y limitadas, pese a que en grandes centros urbanos exista un mayor volumen de inmuebles que cubran las necesidades específicas que demandan.
Experta en sociología urbana
Por su lado, Marta Domínguez, experta en sociología urbana y profesora de la Universidad Complutense de Madrid, indica que en España la tendencia de la vivienda unipersonal se está implantando de forma tardía en comparación a otros países, aunque de manera acelerada.
En este contexto, Domínguez considera esencial tener presente las diversas etapas de las personas a lo largo de su vida, tales como la soltería, las rupturas de pareja con o sin hijos, la vejez o los desplazamientos laborales temporales.
Por ello, “los hogares unipersonales necesitan de más vivienda en alquiler, de más flexibilidad, con preferencia en el centro que se adecúen a diferentes estilos de vida, además de presentar diversas tipologías y precios”, señala la experta.
Aunque el mercado vaya adaptándose a la demanda de la sociedad, Toni Expósito apunta que, a día de hoy, la mayoría de hogares “están enfocados a una familia tradicional, lo que no es extraño si tenemos en cuenta que el 45% de los actuales inmuebles se construyeron entre los años 60 y 80, respondiendo a la demanda del momento”.
¿Cómo deberían ser las viviendas unipersonales según los expertos?
Según afirman los expertos, el colectivo interesado en esta tipología de vivienda muestra mayor interés en vivir cerca del centro urbano.
En este sentido, la profesora Domínguez añade que las personas suelen buscar una “localización tranquila y en barrios con equipamientos sanitarios, espacios verdes, culturales o comerciales”.
Asimismo, los expertos también coinciden al indicar que estas viviendas deberían ser de 40-60 metros cuadrados, contar con dos habitaciones como mínimo, con espacios amplios que puedan adaptarse a diferentes usos como salón y trabajo, así como también estar equipadas de cocinas abiertas.
Al mismo tiempo, tras la pandemia, destaca el creciente interés por espacios exteriores como terrazas, y un menor deseo por plazas de garajes.