El sector inmobiliario se ha caracterizado este año por la moderada bajada de tipos de interés (llevado a cabo por el Banco Central Europeo el pasado junio), sumado a la inestabilidad política en todo el continente europeo y las tendencias inflacionistas.
En este contexto, la Sociedad de Tasación ha elaborado un amplio informe basado en la evolución de variables en el sector macroeconómico y residencial en España, presentando así una serie de tendencias y retos que marcarán la pauta en los próximos meses en el sector inmobiliario en España.
Un nuevo punto de inflexión en el mercado residencial
Según explica el informe, en el primer cuatrimestre de 2024 se redujeron ligeramente las compraventas de vivienda y los créditos de nueva concesión para su adquisición, de acuerdo con las últimas estadísticas disponibles.
Ante este punto de inflexión, se divisa “un segundo semestre de recuperación” y “una incipiente expansión de la actividad inmobiliaria e hipotecaria”. Y es que el mercado residencial español ha sido capaz de mantener su resiliencia: en los primeros cuatro meses del año se contabilizaron 205.111 compraventas de vivienda, un 0,64% más que hace un año.
La producción de vivienda en el mercado residencial
Por otro lado, en cuanto a la producción de vivienda, se observa una mayor concentración en las áreas con mayor demanda, como Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla y Alicante.
Estas cinco provincias agrupan el 43% de la oferta de viviendas que sale al mercado. Además, el 59% de la construcción de obra nueva se localiza en 10 de las 50 provincias: a las cinco ya mencionadas se suman Valencia, Islas Baleares, Navarra, Murcia y Cádiz.
El 40% restante está mucho más disperso, ya que corresponde a provincias que producen menos de 2.000 viviendas al año.
La producción de obra nueva
Debe contextualizarse que, pese a que la producción de obra nueva muestra mayor dinamismo, resulta evidente que la demanda de vivienda es superior al volumen de producto terminado que sale al mercado.
De hecho, en España necesitará 108.000 millones de euros en los próximos 10 años para construir las aproximadamente 76.000 viviendas anuales que hacen falta para desatascar la situación.
Así lo reflejaba el medio El Periódico en una crónica sobre la presentación de la tercera edición del evento inmobiliario The District 2024, donde se reunieron diversos dirigentes del sector.
El aumento en el precio de la vivienda
A esta tesitura se le suma otra tendencia como es el incremento del precio de la vivienda. El informe refleja en las cifras analizadas de este año que el precio de la vivienda nueva continúa incrementándose y ha alcanzado al cierre de junio de 2023 el máximo de la serie histórica (2.930 €/m2).
Las ciudades con el importe de precio más elevando continúan siendo, indiscutiblemente, las principales capitales del país: Barcelona (5.262 €/m2) y Madrid (4.493 €/m2). Aun así, ciudades como Málaga (+6,5%) y Palma de Mallorca (+5,7%) han experimentado mayores incrementos que las capitales, debido a su fuerte demanda extranjera y su naturaleza de segunda residencia.
Materiales en la construcción de vivienda nueva
Por último, en material del segmento residencial, se vislumbra una evolución de la obra nueva hacia una construcción cada vez más sostenible.
Así lo apuntan también otros agentes del sector, como la consultora PwC y el Urban Land Institute (ULI). En su informe ‘Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2024’ apuntaban que “la sostenibilidad es una condición obligatoria para operar en el sector”.
En su estudio alrededor del 62% de los encuestados estaba de acuerdo en que los criterios ESG eran la mejor vía para adquirir productos de primera calidad, frente al 43% que se muestra a favor de acometer nuevos desarrollos.
La economía española lidera el crecimiento en la eurozona
En el contexto macroeconómico, el informe de la Sociedad de Tasación destaca que la economía española lidera el crecimiento en la eurozona, impulsada por factores como el consumo privado y las exportaciones.
Estos datos nos dirigen hacia un entorno económico más “optimista”, al cual se le suma un mercado de trabajo que continúa manteniendo su fortaleza.
El consumo privado, como apuntábamos anteriormente, se ha “reactivado” en parte por “los incrementos sostenidos en los salarios, unos niveles de empleo mantenidos y una acumulación de tasas de ahorro de los hogares”.
Por último, debe señalarse que el IPC “no cede por ahora”, por factores como “los nuevos repuntes en los precios de la energía y la resistencia a la baja en el precio de los alimentos”, entre otros.